La Confederación toma medidas, pero se resiste a declarar su sobreexplotación. (El País, 29/07/2012)
Todas las alarmas se han activado en el Parque Nacional de Doñana y en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, los dos principales espacios naturales de la comunidad autónoma. La elevada presión a la que están siendo sometidos sus principales acuíferos, con extracciones masivas de agua para riego y abastecimiento, ha provocado ya la advertencia de varias instancias europeas. Pero la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), que ha admitido la situación agónica del acuífero 27 de Doñana y las afecciones del sondeo del Maguillo, en Beas de Segura (Jaén), se resiste a declarar oficialmente la sobreexplotación de ambas masas de aguas subterráneas.
El último informe de piezometría elaborado por la Confederación para medir la evolución del acuífero Almonte-Marismas llega a las mismas conclusiones que los elaborados en 2008 y en 2009 por la Agencia Andaluza del Agua. Esto es, el acuífero se encuentra en “buen estado” tanto cuantitativo como químico. Sin embargo, se indica que, debido a la presión en el acuífero, este podría verse afectado de manera cuantitativa.
“Las extracciones de agua para regadío y abastecimiento superan lo deseable, provocando el descenso de esos niveles de las aguas subterráneas”, se indica en el informe, donde se añade que en la zona de las marismas se riegan zonas excluidas de las concesiones.
La Confederación del Guadalquivir propone un plan de control de las explotaciones agrarias ilegales, con la clausura de las mismas, así como actuaciones que permitan una gestión sostenible del acuífero.
Sin embargo, la organización ecologista WWF considera insuficientes esas medidas y exige que se declare el acuífero como sobreexplotado, iniciar acciones legales y la clausura de las extracciones e infraestructuras ilegales, elaborar un plan de extracciones del acuífero y aprobar el Plan Especial de la Corona Forestal de Doñana. WWF, que alerta del riesgo para las marismas de Doñana, considera que más de 1.000 pozos ilegales continúan extrayendo agua de Doñana, una situación que también han reprochado organismos como la UNESCO o Ramsar.
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Todas las alarmas se han activado en el Parque Nacional de Doñana y en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, los dos principales espacios naturales de la comunidad autónoma. La elevada presión a la que están siendo sometidos sus principales acuíferos, con extracciones masivas de agua para riego y abastecimiento, ha provocado ya la advertencia de varias instancias europeas. Pero la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), que ha admitido la situación agónica del acuífero 27 de Doñana y las afecciones del sondeo del Maguillo, en Beas de Segura (Jaén), se resiste a declarar oficialmente la sobreexplotación de ambas masas de aguas subterráneas.
El último informe de piezometría elaborado por la Confederación para medir la evolución del acuífero Almonte-Marismas llega a las mismas conclusiones que los elaborados en 2008 y en 2009 por la Agencia Andaluza del Agua. Esto es, el acuífero se encuentra en “buen estado” tanto cuantitativo como químico. Sin embargo, se indica que, debido a la presión en el acuífero, este podría verse afectado de manera cuantitativa.
“Las extracciones de agua para regadío y abastecimiento superan lo deseable, provocando el descenso de esos niveles de las aguas subterráneas”, se indica en el informe, donde se añade que en la zona de las marismas se riegan zonas excluidas de las concesiones.
La Confederación del Guadalquivir propone un plan de control de las explotaciones agrarias ilegales, con la clausura de las mismas, así como actuaciones que permitan una gestión sostenible del acuífero.
Sin embargo, la organización ecologista WWF considera insuficientes esas medidas y exige que se declare el acuífero como sobreexplotado, iniciar acciones legales y la clausura de las extracciones e infraestructuras ilegales, elaborar un plan de extracciones del acuífero y aprobar el Plan Especial de la Corona Forestal de Doñana. WWF, que alerta del riesgo para las marismas de Doñana, considera que más de 1.000 pozos ilegales continúan extrayendo agua de Doñana, una situación que también han reprochado organismos como la UNESCO o Ramsar.
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